Depresión: la tristeza que mata

Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Depresión. Es un buen momento para hablar sobre el trastorno más asociado con el suicidio. Sobre todo en esta época de pandemia donde la salud mental es la más afectada y mucho debe trabajarse para tratar de mitigar las consecuencias en los grupos más vulnerables

Según la Organización Mundial de la Salud:

  • La depresión es un trastorno mental frecuente. Se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
  • La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
  • La depresión afecta más a la mujer que al hombre.
  • En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio.
  • Hay tratamientos eficaces para la depresión.

El Salvador ocupa la posición 36 en el índice mundial de suicidios, de 183 países; la depresión y el alcoholismo están entre las principales causas de suicidio entre los salvadoreños.

Según la OMS, “cada año se suicidan cerca de 800,000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años”.

La depresión es mucho más que estar triste, decaído o desanimado. En la mayoría de casos, las personas logran sobrellevar estos sentimientos y reponerse. Pero la depresión implica tristeza, desesperación o desesperanza, y su duración puede durar periodos de tiempo prolongados; afectando los pensamientos de quien la padece e imposibilitándole disfrutar de la vida, ya que reduce su energía, concentración o motivación.

Puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad, religión, sexo o condición social.

Estos son algunos de los tipos de trastorno y sus síntomas:

Trastorno depresivo recurrente:

  • Se caracteriza por repetidos episodios de depresión.
  • Estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, todo ello durante un mínimo de dos semanas.
  • Pueden presentarse síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica.

Trastorno afectivo bipolar:

  • Episodios maniacos y depresivos separados por intervalos por un estado de ánimo normal.

El trastorno depresivo mayor:

  • Se presenta cuando los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un largo período de tiempo. 
  • Estos síntomas interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer o disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras.

Depresión psicótica:

  • Enfermedad depresiva grave acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones y delirios.

Depresión posparto:

  • Una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto.
  • Se calcula que del 10 al 15% de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz.

La depresión afecta todas las áreas de vida de una persona: familia, amigos, trabajo, estudios, aspectos financieros. Por ello, es importante que las personas reciban el tratamiento adecuado. Es importante que las personas atiendan su salud mental en todo momento, pero más aún en periodo difíciles como la pandemia. También es necesaria la empatía de quienes le rodean.

En El Salvador, el Ministerio de Educación cuenta con el programa Consejería Escolar que brinda Auxilios Psicológicos a estudiantes y padres de familia. En el siguiente link se encuentra el directorio telefónico de los psicólogos por departamento: https://consejeriaescolar.com.sv/contactos.php. La ayuda es gratis.

Mientras que, el Ministerio de Salud habilitó el número 131 para brindar asistencia médica especializada, entre esta la salud mental.  

La depresión no debe minimizarse, debe atenderse porque no solo afecta a una persona y su familia, en el peor de los casos puede terminar con su vida.